Misterioso asesinato en Manhattan

Carol Lipton, una aburrida ama de casa de Manhattan, empieza a sospechar que su vecino Paul House, un hombre de avanzada edad, ha asesinado a su mujer, aunque aparentemente, haya muerto a causa de un infarto. Su marido Larry (Woody Allen), la tacha de paranoica y trata de quitarle la descabellada idea de la cabeza; pero Carol se empeña en investigar a su vecino y comienza a seguirle con la ayuda de su amigo Ted, que siempre se ha sentido atraído por ella. Larry, espoleado por los celos y por una seductora escritora, también interesada en el caso, se une de mala gana a la investigación.

Esta cinta gamberra, graciosa, amena, enloquecida, admirable, hilarante, abarrotada de energía y ritmo es sin lugar a dudas de las mejores películas (por no decir la mejor) de este genialísimo director y actor.

El ritmo no decae en ningún momento y en sus 108 minutos de duración podemos observar al maestro Woody en plena forma. Su humor a veces sionista y en ocasiones nacionalsocialista (véase el gag a la salida del Madison Square Garden... pa' mear y no echar gota!)  hace que no te muevas ni un solo segundo del sofá y que disfrutes a lo loco, puesto que no puede ser de otra forma, de esta película que va marinada con grandes obras de jazz interpretadas por su protagonista.