martes, 20 de marzo de 2012

28 días después

Londres es un cementerio. Las calles antes abarrotadas están ahora desiertas. Las tiendas, vacías. Y reina un silencio total. Tras la propagación de un virus que acabó con la mayor parte de la población de Gran Bretaña, tuvo lugar la invasión de unos seres terroríficos. El virus se difundió, tras la incursión en un laboratorio, de un grupo de defensores de los derechos de los animales. Transmitido a través de la sangre, el virus produce efectos devastadores en los afectados. En 28 días la epidemia se extiende por todo el país y sólo queda un puñado de supervivientes.



En "28 días después", Danny Boyle consigue llevar a cabo un truco excelente sin que el espectador se de cuenta necesariamente. Por un lado, realiza un ejercicio de género de terror, añadiendo algunas características estéticas que luego han sido copiadas profusamente (el uso de un look más "realista", tanto por la calidad de la imagen como por la forma de rodar la acción, y las reacciones y relaciones de los personajes). En ese sentido , "28 días después" puede ser considerado un innovador filme de miedo que consigue plenamente los objetivos del género: tener al espectador pegado a la butaca durante gran parte del metraje, y hacer que los estómagos más débiles se revuelvan en algunas (y memorables) ocasiones.

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