Durante la Segunda Guerra Mundial, Hart, un oficial de buena familia y estudiante de derecho en Yale, es capturado por los alemanes. A los pocos días de ser interrogado, es enviado como prisionero en un campo de concentración nazi. Una vez allí, el coronel americano al mando entre los prisioneros le pregunta si ha dado información al enemigo. Hart lo niega, y no es aceptado en el barracón de los oficiales... La película no está mal, no es nada del otro mundo, pero al menos está bastante bien cuidada en el aspecto de uniformes y tal. De hecho los prisioneros aliados, llevan en los uniformes los distintivos de las divisiones que participaron en la batalla de las Ardenas. No es nada del otro mundo, pero entretiene. Eso sí hay que hacer una gran aclaratoria. 1º Los campos de prisioneros para los Aliados Occidentales, eran llevados por la Wertchmanch, es decir el ejército alemán que no eran nazis. De ahí que al piloto negro que derriban lo traten bien, por que pertenece al ejercito estadounidense. 2º No se debe confundir campos de prisioneros con campos de concentración, aunque en la misma película, enfrente del campo de prisioneros, hay un campo de concentración para los soviéticos (los cuales si eran tratados como inferiores, ya sea por ideología o por étnia). Por lo demás, el aspecto histórico está bien cuidado y es una película que entretiene. |
Podríamos considerar que soy una especie de Langolier. Si bien estos bichejos devoraban el espacio y el tiempo, yo engullo películas. Así que por este motivo realizo este blog, donde habrán multitud de críticas a innumerables cintas que no paro de devorar.
miércoles, 9 de enero de 2013
La guerra de Hart
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