sábado, 12 de enero de 2013

Déjame entrar

Oskar, un tímido niño de doce años que es acosado en el colegio por sus compañeros, se hace amigo de Eli, una misteriosa vecina de su edad, cuya llegada al barrio coincide con una serie de inexplicables muertes. A pesar de que Oskar sospecha que Eli es un vampiro, intenta que su amistad esté por encima de su miedo.


La nieve es un personaje más que marca la vida de unas personas acostumbradas a estar encerradas, donde el clima les ha curtido un carácter frío como el tiempo, con diálogos casi inexistentes y donde practicamente ni se miran a los ojos.
En este panorama tan helado se construye una historia de amor entre dos preadolescentes de 12 años, ella vampiro y él un niño extremadamente tímido y maltratado por sus compañeros de clase. El ritmo de la narración es pausado pero muy intenso, y deja pasmado al espectador por la dureza de sus imágenes y al mismo tiempo por su ternura y sensibilidad.
No busquéis en esta película la lagrimita fácil. Esto no es Hollywood, es Suecia, pero puedo asegurar que los que disfrutamos de ella en la sala salimos inmensamente satisfechos por lo que acabábamos de ver.
Creo que esta película no os decepcionará. Maravillosa, durísima, intensa, triste, gore, sensible…
Es, en definitiva, un regalo para los que amamos el cine.

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