domingo, 4 de agosto de 2013

Manolito Gafotas

El verano se presenta francamente mal para Manolito Gafotas. Está condenado, un año más, a pasar las vacaciones en su pequeño piso de Carabanchel Alto, con su madre, su abuelo y su hermano pequeño. Y encima, para disgusto de su madre, ha suspendido las matemáticas. Manolito espera la llegada de su padre, camionero de profesión, con la ilusión de que los lleve a la playa.




Catalogar esta película con un diez puede que resulte insultante y frívolo para algunos. Se supone que una matrícula de honor deber ser reservada sólo para las obras maestras del cine, para esos clásicos absolutos que todos tenemos en mente. Pero lo siento, no se me ocurre otra nota para una de mis películas españolas preferidas. La única película que me hace emocionar cada vez que la veo, siempre en el mismo momento, en la misma escena.

Manolito Gafotas es mi infancia y la de todos (o al menos la del 90% de españolios). Yo nací y crecí en una ciudad del cinturón de Barcelona y no en el extrarradio de Madrid, pero las sensaciones que Manolito transmite son las que viví yo. Muy parecidas, en ocasiones las mismas. Y Adriana Ozores representa a la mayoría de las madres de mi generación. ¡Qué gran actriz es la señora Ozores!

Comedia divertida, reflejo fiel de la típica familia de la clase media española en los años 80, de los 90 y de siempre. Gracias a Elvira Lindo, Miguel Albaladejo y todos aquellos que hicieron posible esta maravilla llamada Manolito Gafotas

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