miércoles, 13 de junio de 2012

La guerra de los mundos

Adaptación de la novela homónima de H.G. Wells. La invasión de la Tierra por los marcianos y la terrible batalla que tiene que librar la humanidad para sobrevivir se centra en una familia americana. Ray Ferrier es un estibador divorciado y un padre nada modélico. Estando sus hijos de visita en su casa, estalla una tremenda e inesperada tormenta eléctrica. Unos momentos después, Ray es testigo de un acontecimiento extraordinario que cambiará su vida y la de los suyos para siempre: una enorme máquina de tres patas emerge del suelo y lo arrasa todo.



Película dinámica donde las haya, llena de ritmo, intensa emoción, suspense…
Tom Cruise explota perfectamente su típicos gestos que tan bien se le dan: El de tío listo que se ríe un montón por lo guapo que es y lo feo que tú eres, y luego el de tío con la cara de extrañeza absoluta: ¿Qué pasa? ¿Qué está ocurriendo? ¿Qué invento es esto?La película es un ejemplo de cómo se debe hacer un remake. Respetando a tope el original y aprovechando los avances técnicos con inteligencia. Se suprime la alusión a los marcianos porque ya sabemos que en Marte no vive nadie (al menos nadie o nada inteligente).
Una aparición de Tim Robbins memorable. Tim y Tom. La niña muy bien, creíble; y el hijo también ¿Por qué no? ¿Porque a ti no te gusta? A mi tampoco y me da lo mismo. Lo que importa es que en ningún momento nos empalagan los sentimientos a flor de piel y que cuando oyes ese sonido de que se acercan los trípodes, ese sonido hueco, fantasmal, de trompeta de los monjes budistas … ¡Yo me cago de miedo

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