jueves, 18 de abril de 2013

Días de radio

Son los años 40, la era dorada de la radio, y los peculiares miembros de una familia trabajadora de Nueva York viven con el receptor permanentemente encendido. La música, los seriales lacrimógenos, las historias de superhéroes, los concursos, las crónicas de la alta sociedad y las leyendas sobre estrellas deportivas les sirven para ser un poco menos infelices y engarzan un anecdotario nostálgico de una época irrepetible.


Allen mitifica su infancia en esta película que va desarrollando por pequeñas historias dentro de un todo. Algunas están muy bien como no, aunque hay otras que no sé, a mí me resultan algo aburridas y es algo que en el Maestro pocas veces ocurre. Lo que sí es cierto es que no se va a ver una película vacía, porque tenemos personajes bien desarrollados y una puesta en escena grandiosa, que te traslada al Brooklin de los años 30 y te sumerge en lo cotidiano de la vida.
Cabe destacar que la voz de Allen en esta película es la última de su primer doblador Miguel A. Valdivieso y no del actual, el gran Joan Pera.

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