Una misteriosa toxina en el agua convierte a cualquiera que esté expuesto a ella en un asesino sin escrúpulos. Los residentes de una idílica ciudad empiezan a sucumbir a un desenfreno incontrolable de violencia y la escalofriante masacre acaba en una sanguinaria anarquía. En un intento por controlar la epidemia, el ejército envía una fuerza de élite a bloquear los accesos a la ciudad, aislando a los pocos ciudadanos no infectados que quedan y dejándolos a merced de los despiadados asesinos que acechan en la oscuridad.
Excepcional para pasar el rato y muy típica de las que se están realizando esta década. Faltan actores con mayor caché y profundidad en sus actuaciones. Aun así, las escenas tenebrosas generan suficientes alicientes para explorar nuestros miedos y sensaciones. La fotografía es lo mejor del filme, así como la última escena.
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