Cuatro jóvenes documentalistas se adentran en la selva amazónica para realizar un reportaje sobre las tribus que habitan en esa región, de las que se dice que todavía practican el canibalismo. Debido a la desaparición de los reporteros, dos meses después un grupo de rescate es enviado para averiguar qué ha sido de ellos; lo único que encuentran es el material filmado sobre su terrible fin.
Es un film perfecto, sangriento y profundo, que no se queda en la superficie sino que va más allá: penetra, escarba; come, devora y trata de digerir los más repugnantes repliegues del género humano para luego sacar unas conclusiones vomitivas, nauseabundas, pero ciertas y trágicamente relevantes.
El director se adentra en lo más hondo y escabroso de la carne humana, dialoga con sus vísceras y finalmente les sonsaca una verdad aterradora, verdad que empala e inmortaliza durante unos segundos para que el espectador atónito pueda contemplarla inerte en todo su horror.
PD: intenté buscar una imagen de la película pero... no quiero que me Blogger me cierre esto :)
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