Acusado del asesinato de su mujer, Andrew Dufresne, tras ser condenado a cadena perpetua, es enviado a la cárcel de Shawshank. Con el paso de los años conseguirá ganarse la confianza del director del centro y el respeto de sus compañeros de prisión, especialmente de Red, el jefe de la mafia de los sobornos.
Entretiene. Es más, impide que centres tu atención en otra cosa que no sea la película. Conmueve, porque los personajes y sus historias te tocan la fibra.
Te deja el cuerpo como un reloj a pesar de lo que sufren y padecen los protagonistas.
La puede ver y disfrutar todo tipo de gente, porque es natural y de fácil comprensión (Es decir, no es de esas raras, en las que se necesita un manual para descifrarla).
Y sobre todas las cosas: Al terminar te dan ganas de levantarte y aplaudir (Y no recuerdo haber tenido muchas veces esa sensación en mi vida).
No hay comentarios:
Publicar un comentario