Melodrama centrado en los problemas que tiene que afrontar una familia norteamericana, tras una guerra nuclear, en la que los niños son los primeros que sufren los devastadores efectos de la radiación.
Siempre me ha encantado el cine apocalíptico, en el que por cientos de motivos un grupo o individuo debe sobrevivir a un desastre que dejará al borde del exterminio a la raza humana. Muchas veces, se recurre a la ficción para justificar el apocalipsis, empezando por simios evolucionados, pasando por sequías interminables o inundaciones y llegando a zombies que sin ninguna explicación deciden aparecer y sembrar el terror.
Normalmente, se suele mostrar saqueos, violencia, violaciones y todo tipo de actos viles que te puedas imaginar. "Testamento final" abarca mucho más ya que nos muestra esos primeros meses después de una catástrofe nuclear pero de una manera más humana e intimista.
Los que primero murieron en las explosiones serán los más afortunados y los que se quedan para lidiar con la contaminación, la falta de recursos e infraestructuras y el continuo goteo de muertos sentirán un vacío en sus vidas. Ese vacío sólo lo puede llenar una cosa en la vida, la esperanza, pero que después de una catástofre nuclear de las dimensiones que se narran, ni ella querrá sobrevivir. En fin, como todo en la vida sólo es cuestión de tiempo.
El realismo es tremendo. Como se propaga la contaminación radiactiva y el modo en el que las personas se enfrentan al problema es, para mi gusto, perfecto. Eso está claro, como realista que es no esperes grandes dosis de acción ni gente robando gasolina en coches tuneados. Aquí encontrarás un retrato de como sería la espera de alguna ayuda que podría o no llegar.
Último detalle que considero importante para cualquier amante del género, la película transcurre justo antes y un tiempo después del desastre así que no esperes paisajes apocalípticos ni nada raro, simplemente un familia americana de principios de los 80.
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