Dejando de lado de que bando sea cada uno, lo cierto es que es una película de buena factura, que refleja la angustia de los asediados, con una historia de amor de fondo y actos heroicos por doquier.
Entretenida y emotiva, con buenos efectos para ser 1940. Naturalmente es un panfleto a los valores de aquellos que ganaron la guerra. Normal en esa época...
Y para que se de muestra de lo que refleja este film, una transcripción REAL de una conversación telefónica mantenida por Moscardó y los que asediaban a los colpistas:
—Habla el jefe de las
milicias populares.
—Aquí, el coronel
Moscardó.—Son ustedes responsables de todos los crímenes que están sucediendo. Le doy diez minutos de plazo para que se rinda. Si no lo hace, fusilaremos a su hijo Luis, que está prisionero en nuestras manos.
—Lo creo.
—Para que vea usted que es verdad lo que digo, se va a poner al aparato.
—¡Papá!
—¿Cómo estás, hijo mío?
—Dicen que me van a fusilar si no te rindes.
—¿Y tú que piensas?
—Que no te debes rendir, papá. ¡No importa que me fusilen!
—No esperaba menos de ti, hijo mío. Encomienda tu alma a Dios y muere como un patriota.
—¡Un beso muy fuerte, papá!
—¡Un beso muy fuerte, hijo mío!
(Moscardó al jefe de las milicias:)
—Puede usted ahorrase el plazo que me ha dado, porque el Alcázar no se rendirá jamás.
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