sábado, 24 de agosto de 2013

Los puentes de Madison

La apacible pero anodina vida de Francesca Johnson, un ama de casa que vive en una granja con su familia, se ve alterada con la llegada de Robert Kincaid, un veterano fotógrafo de la revista National Geographic, que visita el condado de Madison (Iowa) para fotografiar sus viejos puentes. Cuando Francesca invita a Robert a cenar, un amor verdadero y una pasión desconocida nacerá entre ellos.


Las apariencias engañan... me había resistido a verla pensando que era un dramón empalagoso, de los que te arrancan la lágrima fácil utilizando sensiblería barata y transcurridos un par de días te olvidas hasta del título. Nada más lejos de la realidad.

Un día cayó en mis manos por casualidad y me fascinó. Hay un antes y un después tras ver esta película. Además de ser una de las mejores de su género, es de ese tipo de obras de arte que hacen que te reconcilies con el cine.

Es maravillosa de principio a fin, es estremecedora. El amor traspasa la pantalla lentamente, en silencio, sin palabras, de manera sutil como una fina lluvia que te va mojando poco a poco y sin darte cuenta acabas calado hasta los huesos. Llegas al final metido en la piel de Francesca o de Robert llorando a mares y con un nudo en la garganta.

Recomendable a todos aquellos que quieran disfrutar de una gran historia y que no tengan miedo a que el cine les remueva sentimientos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario